Este experimento realizado con niños de 7-8 años tuvo mucha polémica en su momento, en esa época los niños de color no podían ir al colegio y los niños de raza blanca tenían un estereotipo de superioridad sobre los niños de color, dictado por una sociedad racista.
En este experimento, la profesora divide la clase entre ojos azules y marrones, diciendo que los niños de ojos azules eran superiores a los de ojos marrones, al día siguiente volvió a contar la misma historia pero al revés para ver que influencia tenía en sus alumnos, los resultados fueron sorprendentes, los niños fueron capaces de discriminarse simplemente por algo tan absurdo como el color de los ojos.
15 años después, aquellos alumnos dijeron que el experimento de la señorita Elliot les sirvió para no discriminar a nadie por el color de su piel o sus ojos.
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